viernes, 28 de febrero de 2014

Cargar El Tigre a La Montaña


Para cargar el tigre a la montaña basta con llevarlo a una taberna, emborracharlo bien y borrarle las rayas. El resto es pan comido. Se procederá a meter al no-tigre en un carrito de supermercado y se lo empujará cuesta arriba donde volverán a pintársele las rayas. Fíjese bien con qué, eso sí. En mis sucesivas cargadas de tigres a la montaña he podido comprobar que con crayón no queda bien. Y que si bien el tigre suele ser reacio a ser cargado, accede sin embargo gustoso a tomarse unas grapas si usté lo invita.
Es más, es aconsejable cargar, además del tigre, alguna petaca para cuando esté en la cima y el tigre haya vuelto a ser tigre otra vez.


miércoles, 19 de febrero de 2014

Vacío



Hay Esfinges en la pampa

Con su piel se hacen los parches


Si el bombo no fuera hueco…



Vacío,
sacame El Hambre.



Dame mil ojos


Dame mil ojos
Para ver lo que esconde
El revés de ese espejo
La calle gris
El silencio la gente
La llena nueva creciente decreciente
luna máscara

Y arrancame el cerebro por la mañana
Para escuchar los pájaros

Dame un corazón grande
Kamikaze
Que no le tenga miedo
Al estallido rojo
De su propio latido
Que brote a borbotones
Y florezca palabras

No necesito podas

Que el viento tibio venga
Y sacuda las ramas
Que la hamaca se hamaque
Que por el tobogán
Se tire el alma

Que algo venga a jugar
De cara sucia limpia
En el parque desierto
De esta madrugada

jueves, 6 de febrero de 2014



Ni una estrella.


La gran panza
Respira
En su sueño pesado
El vapor de las calles.


Sólo aquel ojo rojo
Sobre los edificios
Vigila desconfiado.


Enorme y gris descansa

La Ballena
Encallada En El Aire.