jueves, 15 de noviembre de 2007

NENA DE BAQUELITA

Nena de baquelita tenía un ukelele.
Tocaba todas las noches.
El culo al calor de la chimenea.
Su vecino, el señor de carey,
aporreaba el piano todas las tardes también.
Todas las tardes el mismo repertorio.
Que a nena de baquelita le daba ganas de llorar
(y de partirle el piano con un hacha).

Ese día, eran las 9.00 (hora de la cena),
y nena de baquelita estaba muy triste.
El vecino no había tocado ni una nota,
pero sin embargo, algo como un mar de estrellas
quietas y fugaces a la vez, se hamacaba lento,
muy lento en su corazón.
Eso. Y nada más. Hora de la cena.

Miró a su gato de trapo que la miró y
pronunció claramente "ragú".
(Hablaba, sí. Y en varios idiomas. Algunos
que ni nena de baquelita conocía.
Decía cosas como "Raúl", "now", "creole".
También "rack". Habría sido
de algún músico con muchas perillas antes.)

Pero esta vez dijo "ragú".
Así que nena de baquelita, con su mar
de estrellas adentro, se levantó del puf rosa
en que estaba sentada desde hacía dos horas
y le sirvió un plato de ravioles.
(Sí. Hablaba y le gustaban los ravioles a este gato.
Bueno, en realidad sólo el relleno.
Los abría con una uña,
como si estuviera operándolos con un bisturí,
se comía la ricota, y dejaba el resto. Abierto
como un paciente descosido.)

Nena de baquelita lo miró comer.
Comía tranquilo. Y la noche estaba linda...
Todo parecía estar bien.
Y sin embargo...
Suspiró.
Las estrellas se movieron otro poco. Apenas...

El teléfono humano sonó.
Y ahí,
cuando todas las estrellas
se le fueron de golpe a la garganta,
se acordó de qué le faltaba. La voz de chico de lana
la envolvió como una bufanda.

-Hola. –escuchó -.
Ayer no fui porque tuve que armar
una montaña de pelusa.
Y anteayer me dolía el punto arroz.
Nena de baquelita inclinó la cabeza
acariciando el teléfono humano con el cachete.
Y pensó en la bufanda. Tibia.
Que parecía ir desenvolviéndola
de a poco. Sintió frío y los ojos se le torcieron y
le quedaron como un techo a dos aguas:
-Bueno. –le dijo. No se le ocurría nada más.
-Bueno. –le contestó chico de lana.
Te llamo mañana. Chau.
-...Cha...
(¡CLAc!)

El gato de trapo lamió el lagrimón negro
que cayó y rebotó en el parqué
(tenía sed y nena de baquelita se había olvidado
de cambiarle el agua),
y después se puso a morder con furia el cable
del teléfono humano.
Y el teléfono humano, como si nada;
como la mayoría de lo humano,
quieto y sin emitir señal
por la que uno pueda darse cuenta
de si está vivo o muerto.
Nena de baquelita levantó a su gato de trapo
y lo abrazó fuerte.

Lo usó para secarse la cara, y él ronroneó y dijo:
-Marrr... –. Sería de trapo pero la tenía clara.
Le dio un beso,
lo apoyó en la mesada
y le abrió la canilla para que tomara agua.
(Es que al gato de trapo le gusta más
el agua que corre.
Todo lo que se mueve lo pone contento.
Igual que a nena de baquelita.
Que volvió a suspirar,
apuntó otra vez el culo a la chimenea
y sacó el mar de estrellas
a pasear por el ukelele).-

13 comentarios:

JML dijo...

Gracias por pasarte. Antes de desaparecer dejo una huella en tu bitácora y me río con el cachondo de Macedonio, un payaso triste, un loco, un vagabundo, un niño...

Un abrazo

Dante Bertini dijo...

usted también aparece y desaparece.
un poco más de seriedad, si le parece!

Anónimo dijo...

un bonito texto, digno de una película de Mishasaki.
Bueno, finalmente reencarnó, tanto tiempo perdida, debe haber andado de crisálida

malditas musas dijo...

Lo del lagrimón negro que lame el gato me pareció impresionante...
Este texto está constituido de ternura y una tristeza que dibuja ochos de lana.
me gusta cómo escribís: arrastrás, nos metés en su bolsa. Son textos trampa.

te dejo un beso fuerte
musa rella

Alma Larroca dijo...

me gusto mucho el texto, tal como te dijeron acá arriba, son textos trampa... algo similar te respondí recién en mi blog -a tu comentario del otro dia-.
un abrazo

y baquelita... que linda palabra, no?

magaláctica dijo...

Preciosímo!!! Me encanta este escrito triste y me dispara miles de imágenes... Collages tuyos y timburtianos se mezclan en mi cabeceta-licuadora!
Por suerte, auguro épocas de movimiento!!! Qué siga el baile, nena de baquelita!!! SaboooooRRR!!!

Anónimo dijo...

ukelele y baquelita se fueron a ronronear, pegaron el culo al blog y se sentaron a leer (que hay tiempo)

agdamus dijo...

Sí que tenés claro el idioma de los gatos!
Me encanta este texto

Melina dijo...

Bitácora me gustó. Esto es medio como un barco, Perdedor. Navega, se hunde y sale a flote, navega, se hunde y sale a flote, y así. Se va a ir?? en serio? y si se queda?? Como dice ahí abajo suyo Cacho, ... es cierto!, ¡es poco serio...! Mireme a mí en este momento, ¿con qué cara salgo, eh?, dígamé, con la de Lili Sullos o con la de Pinky??; no hay mascarón de proa capaz de ocultar tamaña vergüenza!!

Cacho: tenés razón, tenés razón, tenés razón!
Soy como un prendeapaga navideño. Molesto y mareador. buaaaaaaa!!

Jene! no estará tratando de decirme que hasta ahora fui un gusano!! jajaj
Al Señor Mishasaki se lo debo, amigo del Señor Miyagi quizás? Me dejó intrigada. Me recomienda alguna de sus películas?

“Una tristeza que dibuja ochos de lana”... Eso es poesía, Musa. Gracias!! Gracias de abeja loca y melindrosa. Hermosas flores.

Me alegro de que te haya gustado, Alma. Sabés?, me hiciste pensar mejor en el tema. Es lindo lo que dijo Musa. Pero la verdad es que no hay trampa. En realidad creo que la comunicación pasa por compartir algo con ganas y nada más. Cómo entenderse?: no sé! es tan difícil! Quizás el absurdo sea la mejor manera. El sentido es escurridizo y tiene tantas caras y capas! (disfraces, dijiste bien). Y bueno. Habrá que resignarse. Y ya que no podemos encerrarlo, dejar que juegue.
...Creo que dí con el punto. El punto arroz. jaja
te mando un beso grande

Magaláctica...! ...Usté me conoce mejor que nadie. Ni que fuéramos hermanas, mire. Aunque es loco, sabe? Esta la escribí antes de que llegara a mis manos el maravilloso librito de Burton que descansa en la mesita ratona de madera, expuesto al arañazo de los dos vándalos. Pensándolo bien, debe despertarles alguna extraña clase de respeto. (O indiferencia total?). Porque es raro que nunca le hayan hecho nada con lo aficionados que son a dejarme los libros hechos flecos. Lo mismo pasa con El Idioma de los Gatos. ...Me parece que tienen especial predilección por los viejos que se deshacen con más facilidad y se consiguen con menos.
Beso!

hay tiempo, sí Ed. Toda la vida, que espero que sea larga y traiga mucha más música. Qué sería de Baquelita sin ukelele? son tan inseparables como culo y estufa en invierno. jajaj

Claro, Agdamus! Siempre que no sean siameses. Los gatos marca gato tienen más calle y saben hacerse entender mejor. Aún cuando para hablar entre ellos habitualmente utilicen el creole, las primeras cosas que aprenden a decir son miagua y ragú. Además de “Mou” cuando tienen ganas de mirar Los Tres Chiflados.

el Profe dijo...

Excelente, lleno de melancolía y sensibilidad, con unas imágenes suavísimas, como dormir en un colchón de harapos. Hacía tiempo que no encontraba algo nuevo y bueno. Señorita, un must en su vida si desea seguir transitando este camino: "La espuma de los días", novela de Boris Vian.



(perdón, sí, soy de esos que siempre llegan tarde a las cosas buenas)

Melina dijo...

Como dormir en un colchón de harapos! Qué lindas cosas dice, Profe. No sé qué camino desee transitar, la verdad que no, jaja, pero tendré en cuenta lo de Boris Vian. "La espuma de los días" suena interesante. (Quién pudiera surfearla..)
Gracias por llegar. Tarde?? qué es eso?

eleniop dijo...

vian es un zorro listo que te hace perder en la melancolia mientras te conduce por un parque de diversiones... quien no habrio con la uña un raviol no sabe lo que es la vida....

Anónimo dijo...

hola nena de bakelita kasi me haces llorar kon tu gato de trapo
sugue no pares de tokar el ukelele